Declaración de Guatemala

Declaración de Guatemala Reunidas en la ciudad de Guatemala, los días 24 y 25 de agosto de 2012, representantes de nueve organizaciones integrantes de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), provenientes de México, Panamá, El Salvador, Cuba y Guatemala, desde nuestra diversidad, identificamos los principales problemas que afectan a la región, y articulamos acciones comunes en favor de la vida, la justicia, la recuperación de la memoria, la igualdad y la seguridad para las mujeres y nuestros pueblos. La crisis sistémica y estructural del capitalismo, en su expresión globalizadora y neoliberal, no solo es económica, sino además política, medio ambiental, alimentaria, cultural y social, por lo que ha traído como consecuencia un mayor deterioro en la calidad de vida de la población, impactando de manera particular a las mujeres, las niñas y los niños. Condenamos la lógica depredadora y neocolonial de las industrias transnacionales, que saquean los recursos naturales en esta región, en complicidad con gobiernos y empresas nacionales. Expresamos nuestra solidaridad con las mujeres y comunidades que luchan en defensa de la tierra y el territorio. Condenamos la criminalización de las luchas sociales, particularmente los atentados contra Lolita Chávez, Yolanda Oquelí y las mujeres que resisten en el municipio de Barillas, Huehuetenango, en Guatemala. Reivindicamos la lucha por el fortalecimiento de la educación, la ciencia y tecnología públicas al servicio de los pueblos, así como la defensa de los saberes tradicionales, los cuales son objeto de persistente mercantilización y privatización. Reconocemos las luchas de las juventudes y los pueblos en favor de la defensa de los derechos humanos a la educación, la salud y la vivienda. Coincidimos en que la violencia estructural en nuestros pueblos ha significado el aumento de la feminización de la pobreza, la precarización del empleo, el desempleo de las mujeres, la sobre explotación a través de las subcontrataciones extranjeras, así como la desnutrición y el hambre, afectando sobre todo a los sectores más vulnerabilizados de nuestras sociedades. En el contexto anterior, la articulación del patriarcado, el capitalismo, así como la opresión étnica contra los pueblos indígenas, ha generado que Centroamérica y México sean el escenario de muy altos índices de feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres, de forma particularmente aguda en El Salvador, Guatemala y Honduras. Esta situación se agrava aún más con el crecimiento de la economía criminal, especialmente el narcotráfico, y la creciente militarización en la región. Respaldamos las luchas de las mujeres por la memoria histórica, el acceso a la justicia y el fin de la impunidad por las violaciones a los derechos humanos contra ellas y sus comunidades, en el pasado y el presente. Rechazamos que se pretenda negar el genocidio contra los pueblos indígenas, cometido por las fuerzas represivas del Estado durante el conflicto armado en Guatemala. Condenamos que las potencias imperialistas utilicen bases militares extranjeras, en complicidad con los gobiernos nacionales, para controlar y saquear los recursos naturales, para profundizar el control político y militar en la región y para fomentar conflictos nacionales y regionales. Hacemos llegar nuestra solidaridad con las mujeres y el pueblo de Honduras, ante la represión policial y militar de la cual han sido objeto a partir del golpe de Estado de 2009. A las mujeres y al pueblo de Cuba les manifestamos nuestro sentido reconocimiento por la ejemplar resistencia que han librado ante el bloqueo económico del gobierno de los Estados Unidos; nuestra confianza en su proceso de actualización del socialismo; y nuestra exigencia del regreso a Cuba de los cinco héroes cubanos, injustamente encarcelados por el imperio. Ratificamos la importancia del fortalecimiento de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, y nos comprometemos a poner en práctica las resoluciones del XV Congreso mundial de la FDIM. Ciudad de Guatemala, 25 de Agosto de 2012.