Lola Mento
Derramadero de Bucareli, Pinal de Amoles,
Querétaro. 24 de enero de 2022.- Lo que se haga o deje de hacer en la república
en el orden económico, político o social, no depende de la voluntad del
presidente, ni de algún gobernador, menos de un alcalde. Lo anterior viene a colación porque con la
enfermedad que llevó al mandatario al hospital militar, salió a relucir el
asunto del TESTAMENTO, que no es otra cosa que algún documento político que
debe contener algunas líneas del pensamiento del presidente, y sobre todo
deseos del mandatario para que los conozca el pueblo de México y sobre todos
los que se autodenominan Obradoristas y morenistas, eso, por si el presidente
fallece antes del termino de su encargo constitucional. Nada más, pero nada
menos,
En un país, como México, dominado por el
capital transnacional, por el imperialismo, los testamentos políticos, de
cualquiera de que se trate, carecen de la menor importancia, porque los
cambios, esos que no se han podido generar con eso que llaman la 4ª T, solo se
producirán cuando la correlación de fuerzas a favor de la liberación de la nación,
favorezca a este planteamiento programático, además, de nacionalizar
BANXICO, y que termine la política
monetaria restrictiva para que bajen las tasas de interés y por supuesto la
nacionalización de todos los recursos hoy en manos de los dueños del capital
extranjero, y, del mismo modo, destruir el estado neoliberal y reconstruir el
Estado a favor de la nación y del pueblo, entre otras medidas urgentes.